domingo, 25 de julio de 2010

CARICIA VERANIEGA

Después de semanas de ansiedad y estrés haciendo de tribunal, mañana empiezo mis vacaciones y me prepararé para una semana “rural” en un pueblo perdido de Portugal. Por primera vez en días, me centro en mí. Hago un balance de las relaciones humanas que he vivido este año. Su tendencia a llenar, contaminar y modificar hasta el último rincón por remoto que sea (es el epítome de este post). No quiero evaluar en relación a la gratificación que me han aportado ni por su capacidad de generar frustración. Simplemente pienso en las personas que en este año he conocido, en las personas que hace tiempo que no veo, en aquellos que dejo marchar para que se hagan mayores, en las personas que han salido por completo de mi vida (por expulsión o por naturaleza) y en aquellas que seguramente entrarán dentro de unos días.

Resulta maravilloso, incluso excitante, haberme liberado de culpas hasta el punto en que me encuentro. Me siento bien, y empiezo a creerme realizado. El problema es cómo sostenerlo en su lugar una vez que hemos arrojado el contrapeso por la borda, cómo hacer que no se desmadre cuando ya no existen marcos disponibles. Volar liviano nos produce alegría, volar a la deriva es angustiante.

Cada logro, cada paso, tiene su precio. Por horrorosas que nos resulten las pérdidas sufridas y los precios pagados cuando los recordamos, las pérdidas que soportamos hoy y los precios a pagar mañana es lo que más me preocupa y entristece. No tiene sentido comparar los males pasados con los presentes, ni tratar de discernir cual de los dos es más insoportable. Cada angustia atormenta e hiere en su propia época. Hoy, no tengo ningún motivo para sentirme triste. Veo la soberana expresión de la vida cumplida, inaudible, inagotable e inacabable. En cierta manera me siento el Stimmung de Heidegger, la sintonización con el mundo. Me siento inmerso en el mundo y sintonizado con esa inmersión. Por primera vez en mucho tiempo, me siento libre. Y mi libertad no es una carga.

UN FUERTE ABRAZO A TOD@S

1 comentario:

Cenicienta dijo...

Jo em sento una d'aquestes persones de la mateixa manera que tú has entrat a la meua, i espero que sigui per quedar-te... després de tanta angoixa ja et mereixes que la vida et recompensi i et deixi trobar el teu camí i el teu lloc. T'ho mereixes.