sábado, 3 de julio de 2010

CONVERSACION CON DOSTOIEVSKI 3

TERRAZA de mi casa. Intento concentrarme en la lectura. El ruido de mis vecinos viendo el mundial no me deja. Aparece Dostoievski comiendo unas cerezaS.

CHUS: Maldito mundial de fútbol. Resulta paradójico...

DOST: ¿qué resulta paradójico?

CHUS: Pues que un opiáceo popular como es el fútbol, que adormece las mentes del pueblo, resulte tan escandaloso.

DOST: Yo diría que es sarcástico y aterrador.

CHUS: ¿Entiendes ahora mi conversión al misantropismo? Por mucho que me digan que uno de los preceptos fundamentales de la vida civilizada es el amor al prójimo, en días como hoy me siento socialmente un inadaptado, una bestia. Y a mucha honra.

DOST: Eso es porque ese fundamento es erróneo. Y lo sabes. Porque la sociedad promueve otros fundamentos opuestos: la razón del autointerés y la búsqueda de la propia felicidad. Tú te sientes antisocial, porque tu bienestar se ve afectado por su bienestar.

CHUS: Entonces ¿debería decir que amar al prójimo como a uno mismo es una cuestión de fe, un credere quia absurdum? (se escuchan las bocinas de varios coches con banderas) ¿Escuchas? Me parece absurda la exigencia de amar al prójimo, a cualquier prójimo, sólo por el hecho de ser nuestro prójimo. Si amo a alguien, es porque esa persona se lo ha ganado y lo merece.

DOST: Si todos pensamos así, sería imposible creer en una sociedad cordial. Es un discurso muy inhumano ¿No crees?

CHUS: Perdona, no te estaba escuchando. Estaba maldiciendo al que toca la bocina.

DOST: Te decía que la consideración hacia el prójimo es necesaria para la convivencia.

CHUS: Pero si una persona me resulta extraña y no puede atraerme gracias a su propio valor o a la importancia que pueda haber cobrado en mi vida emocional, me resulta muy difícil amarla como a mí.

DOST: Jesús, amar al prójimo es un mandamiento justificado por el mismo hecho de que no hay más que contrarreste tan intensamente la naturaleza humana. Lee a Freud.

CHUS: Pues, si tan original es este amor al prójimo, explícame por qué siento ganas de darle una patada en los huevos al capullo que lleva quince minutos tocando la bocina en la calle.

DOST: Eso es porque la norma está rota por ambas partes. Yo también siento ganas de patearle el trasero. Pero estarás de acuerdo conmigo, que cuando menos se obedece una norma, tanto más obstinadamente se la enunciaremos a la persona que la rompe.

CHUS: Y convierte la moralidad en una condición sine qua non de la supervivencia.

DOST: Exacto. El amor al prójimo implica el amor hacia uno mismo como algo que se da de manera no problemática. Este amor es el que hace posible la supervivencia.

CHUS: ¿están buenas las cerezas?

DOST: Un poco pasadas, pero siguen siendo dulces. ¿quieres?

1 comentario:

Wonder dijo...

parles massa amb aquest Dost, passa una mica més de tot, home, no vull dir que t'aficionis a veure el futbol, ni que et compris una camiseta vermella, el teu color seguirà essent el verd, però no et prenguis tan a pit que els altres es revolucionin, a mi m'agrada veure els partits si no tenc una alternativa millor, i tampoc suport el rebombori que es forma